Andalucía - Evolución de la Población y Migraciones
Sobre la emigración andaluza.
Una estimación usual sobre la emigración andaluza en el siglo XX la cifra en cerca de dos millones y medio de personas. Algo así como si alguien hubiera deportado en masa a toda la población de las actuales provincias de Jaén, Granada y Córdoba, dejándolas completamente vacías.
Según el informe del IEA, Un siglo de demografía en Andalucía (1), Andalucía pierde entre 1911 y 1940 -durante la Monarquía y la II República españolas- 226.033 personas. Luego, 229.115 andaluces se van durante los años del hambre y la represión masiva del primer franquismo, entre 1940 y 1950.
Durante estos primeros años el franquismo español no induce a la emigración andaluza, al contrario, pone dificultades (salvoconductos, devoluciones forzosas, etc.) pues requiere aquí de mucha mano de obra barata para que Andalucía produzca los productos agrarios y mineros con que equilibra la balanza exterior española.
El cambio de política emigratoria se produce cuando el Régimen franquista -siguiendo directrices que se recogerán luego en el Informe del Banco Mundial de 1962- apuesta por su inserción exterior y por el llamado "desarrollismo", que según costumbre secular, para Andalucía significará más subdesarrollo. (2) Cesan los obstáculos y se da vía libre a que los andaluces acudan en masa como fuerza de trabajo a las fabricas de Cataluña o Euskadi; a las empresas que el Régimen induce a abrir en Madrid y a cubrir las necesidades de mano de obra de Europa occidental (algunas estimaciones hablan de 600.000 emigrados a Francia, 300.000 a Suiza y 200.000 a Alemania, por esas fechas). Las remesas de divisas producidas por esa emigración andaluza exterior -siempre controladas por bancos no andaluces- financiaran el desarrollo industrial de otros.
Así, en estas décadas, que abrirá formalmente el Plan de Estabilización de 1959, se van sucesivamente de Andalucía, 596.620 (1951-1960); 809.181 (1961-1970) y 345.427 (1971-1980).
En total, un saldo negativo neto que se cuantifica en un mínimo acreditado de 2.206.000 personas para Andalucía entre 1911 y 1990.
Este mismo informe estima los retornos entre 1981 y 1991 en 146.700, repartidos entre 122.534 provenientes de otras naciones del Estado español y 24.166 del exterior. Además, según la Junta de Andalucía, entre 1992 y 2002 regresaron otros 43.598 andaluces, lo que en conjunto hace ascender el numero total de retornados en los últimos 20 años a 190.298, buena parte de los cuales -en torno a un 70%- son pensionistas ya jubilados. Así al menos, 1.760.297 andaluces aún viven en la diáspora y no han podido volver a Andalucía, un 20,6% de todos los andaluces vivos.
Las más importantes comunidades andaluzas en el exterior residen en Cataluña, donde viven 743.516 (10,91% de su población total); 223.271 en el País Valenciano (4,9%, id); 91.543 en Baleares (9,58% id), que sumados dan un parcial de 1.058.330 andaluces. En Madrid, viven 282.664 andaluces (4,86%) y 53.103 en Euskadi (1,96%). En Francia, se registran 31.181; 22.631 en Alemania y 20.531 en la Argentina.
(1) Para la población andaluza, consultar también, Evolución histórica de la población de Andalucía.
(2) Ver, Mª Ángeles Sánchez Domínguez, Instrumentación de la Política Económica Regional en Andalucía, 1946-2000: Fundamentos teóricos y evidencia empírica, Editorial Universidad de Granada, 2001.
Los Jornaleros se van... Carlos Cano
Un homenaje a los trabajadores andaluces emigrantes...
Los jornaleros se van
Los jornaleros se van pa la vendimia francesa.
Sola queda una mujer con el pecho lleno pena.
Tierna como un colorín en la cama se atormenta.
No llores tanto morena que estoy en Trebujena cantando pa ti,
echando el sol por la boca que así se desboca oliendo a jazmín.
No puede ser, no debe ser, hermana mía, yo bien lo sé.
Si tos uníos y el pueblo atrevío decimos ¡basta! no habrá otra vez.
Mientras despertamos tos y se rompen las caenas
más le valiera a mi voz quitarte un poco de pena.
Lo mejor que puedo hacer mujer de carne morena,
entonarme un pasodoble con garbo y redoble que se puea bailar.
Un pasodoble que diga ¡Viva Andalucía, que muerta no está!