miércoles, 29 de abril de 2009

BEAS DE SEGURA (Andalucia)

Beas de Segura es un municipio y localidad de Andalucía, situado en la actual provincia de Jaén en la comunidad autónoma de Andalucía. Está incluido en la comarca de Sierra de Segura, con casi una cuarta parte de su territorio dentro del Parque Natural de la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas y cuenta con una extensión de 160,3 km², siendo transición entre la campiña y la sierra.  

En 2014 su padrón municipal registró una población de 5.542 habitantes, por lo que es el término municipal más poblado de la comarca, así como el centro de influencia de los municipios limítrofes. La mayoría de sus tierras consisten en áreas de agricultura dedicadas principalmente al cultivo del olivo. Su excelente producción de aceite de oliva ha permitido que su industria aceitera haya sido incluida en la denominación de origen de la sierra homónima. Esta actividad, junto a la ganadería, el turismo y los numerosos espacios de interés natural, cultural y rural, constituyen su principal actividad económica. En los últimos decenios se ha ido perdiendo la diversidad de otros productos (cereales, forrajes y huertos) en sustitución del olivar de almazara, convirtiéndose así en monocultivo. Actividad que está representada por la variedad picual, exceptuando un mínimo de la variedad gordal o sevillana, cuyas aceitunas son más bien utilizadas en comidas o aperitivos. Afines al olivar, existen también varios almacenes de productos fitosanitarios, talleres para venta y reparación de maquinaría y aperos agrícolas.

En Septiembre de 2015 Beas de Segura tenía una tasa de desempleo del 24,13% con 513 personas registradas como desempleadas sobre 5.542 habitantes
Hitos

Los primeros vestigios de civilización datan del Paleolítico inferior, donde en los márgenes del río Guadalimar vivían seres humanos en pequeñas hordas y subsistían de los recursos naturales que ofrecía el terreno. No se han encontrado restos óseos humanos, pero sí una rica industria lítica, algunos de cuyos útiles -expuestos en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid y en el Museo de Jaén- están catalogados como de los más antiguos de Andalucía. 

De la etapa romana queda constancia con el Puente Mocho sobre el río Guadalimar, el cual cuenta con casi 2000 años de antigüedad. 

El reino visigodo de Toledo tardó en controlar la comarca que -como el resto de Andalucía- permaneció autonoma, independiente o ligada a Bizancio. Por estas fechas coexistía un efímero grupo de población aristócrata goda que se fusionó con los béticorromanos, llegando a manejar las riendas del poder. Al mismo tiempo, estos últimos eran en su gran mayoría los propietarios de la tierra, con una población compuesta por colonos y esclavos, y por un reducido grupo de judíos, del que se tiene constancia por la cristianización forzosa de dicha población, ley que se promulgó en el IX Concilio de Toledo (655).

Tras la formación de Al Andalus, pasó a formar parte de la Cora de Yayyan, distrito del Emirato Independiente, con sede en Córdoba, constituyendo Beas un Iqlim de la Cora. A finales del siglo IX se produjo una rebelión muladí, siendo el foco la Sierra de Segura. Es muy probable que durante esta época se construyeran las fortalezas de la villa, impulsadas por Ibn al-Saliya a modo de proteger el acceso al interior de la Sierra.

En 1234, los feudales castellanos avanzan sobre Andalucía. El rey castellano Fernando III, acompañado del obispo Juan de Osma, conquista Úbeda y al año siguiente Santisteban, Iznatoraf, Chiclana y Beas, entregando esta última al obispo con su castillo y término por «juró de heredat», es decir, a título personal y no a la iglesia, el 12 de abril de 1235, misma fecha en que permutó el castillo de Xandulilla por Chiclana, para anexionarla a Beas. Años más tarde, el 30 de noviembre de 1239, Juan de Osma permutó la villa de Beas y Chiclana con sus castillos y términos por otras villas de Soria y de Segovia a la Orden de Santiago -siendo su maestre Rodrigo Iñiguez-, otorgándole a la villa un fuero municipal más una serie de privilegios incluidos como la carta puebla, el “mero mixto imperio” y otras facultades y franquicias. Con todo esto, pasó a convertirse en la Encomienda de Beas, y esos privilegios se fueron confirmando y ampliando por los diferentes maestres de la orden. 

En 1748, estando en el trono Fernando VI y a propuesta de su ministro, el Marqués de la Ensenada, se creó en la sierra el Departamento de Marina o Provincia Maritima, siendo su sede Segura de la Sierra y entrando a formar parte de él todos los pueblos de ésta, el Condado, Beas y Chiclana. Durante esta época se llevaron a cabo talas masivas de árboles, transportándolos por el río Guadalquivir a Sevilla y a Cádiz, para la construcción de barcos. Paralelo al Departamento de Marina se formó el Negociado de Montes, el cual permitió que con la madera de la tala se construyesen la Fábrica de Tabacos de Sevilla, la de Cádiz, los techos de la Catedral de Jaén y otras construcciones emblemáticas. Cuando estos departamentos desaparecieron, Sorihuela del Guadalimar, Iznatoraf, Villanueva del Arzobispo y Villacarrillo se unieron para reclamar sus derechos sobre los terrenos esquilmados por la tala de maderas. Saliendo el recurso adelante, le expropiaron parte del territorio a algunas poblaciones, entre ellas Beas, cuyo término llegaba al río Guadalquivir, formándose la Sierra de las Cuatro Villas. 

Otra fuerte destrucción del patrimonio de Beas se llevó a cabo en 1750, cuando el Consejo de Órdenes Militares ordenó la demolición de la fortaleza que había en la parte más alta de la villa; años más tarde, el terremoto de Lisboa de 1755 causó graves daños en algunas viviendas
Durante la Guerra Peninsular y tras la Batalla de Bailén, un batallón de las tropas francesas se adentró en la villa en varias ocasiones durante el mes de noviembre de 1809. En la segunda incursión entraron 2000 soldados y 400 caballos, destrozando e incendiando el pueblo y los edificios más emblemáticos, como la Iglesia Parroquial, con la pérdida de la entonces patrona de Beas, que era Nuestra Señora de Gracia. También fueron pasto de las llamas la Casa Consistorial, las casas de la Encomienda y otros edificios, así como todos los archivos municipales y eclesiásticos, quedando el pueblo reducido a cenizas. Los vecinos tuvieron que huir. 

En 1927, se aprobó un plan para construir una canalización y dar riego a la Loma de Úbeda. Años más tarde, comenzaron las obras de construcción del Pantano del Tranco, que tras los acontecimientos de la guerra quedaron paralizadas, siendo finalizadas durante la dictadura de Franco. Al ser inviable la canalización para riego, se construyó una Central eléctrica que jubiló a la antigua fábrica de luz en la parte del Ensanche Saliente y que le proporcionó a la villa años después suministro de energía eléctrica, entre otros servicios. 

Otra de las obras de gran envergadura iniciadas durante la decada de los años 20 del siglo XX fue la construcción de un ferrocarril, la línea Baeza-Utiel, pasando a tres kilómetros de Beas, donde quedó prácticamente finalizada, incluso con una estación en la zona denominada «La Nava», pero en 1964 desestimaron el proyecto y quedó paralizado. Este hecho supuso una gran pérdida para las comunicaciones ferroviarias de Beas en particular y de Andalucía en general, con el País Valenciano, Cataluña y Europa. 

Núcleos de población 

Beas de Segura tiene distribuidos varios núcleos urbanos diseminados por su territorio, estos son Cañada Catena, Las Cuevas de Ambrosio, Los Prados de Armijo (de la Solana y de la Umbría), El Cortijo de las Piedras, los Santiagos y Cazona. También hay gran número de cortijos y chalets, principalmente en la zona de la Morea y Fuentepinilla, que suelen estar habitados en el verano, destacando la zona de Fuentepinilla. 

Si entre las decadas de 1940 y 1960 Beas de Segura llegó a contar con unos 15.000 habitantes, la masiva emigración provocada por la miseria y las deficientes condiciones economicas y sociales existentes -compartidas con el resto de Andalucía- redujo su población sustancialmente. Así, a fecha de enero de 2009 disponía de una población de 5.591 habitantes, de los cuales 2.882 eran varones y 2.709 mujeres. En el 2001 se produjo una merma de población al segregarse del municipio el núcleo de Arroyo del Ojanco, cuya población era de 2348 h en el momento de la segregación 

Del 22 al 25 de abril se celebran desde tiempos inmemorial las fiestas en honor a San Marcos, siendo protagonista de las mismas el conocido como toro ensogao. Festividad que cuenta con una importante repercusión tanto a nivel nacional como internacional y que fueron declaradas el 16 de septiembre de 2008 como Fiestas de Interés Turístico Nacional de Andalucía. (Fuente Wikipedia modificada y completada)